La primera prueba fue la honestidad. La segunda ha sido el orgullo.
El orgullo de ser padre. De ser hijo. De ser hombre. De ser el hombre. De ser el hombre de una mujer.
El orgullo de ser lo que sea que soy.
Muchos me han dicho que soy egoísta. Manipulador. Pervertido.
La gente que me ha amado me ha juzgado como manipulador, soberbio y controlador.
Para algunos el malo soy.
Pero mi intención, mi elección y mi ejecución... van hacia otras palabras.
Algunos las escucharán.
Otros no.
A otros les quiero confesar que tengo EL SOL Y PLUTÓN EN CONJUNCIÓN. EN LA CASA 12.
Así que lo que escondan, lo pueden ver en mi.
Y si quieren hasta su pesadilla puedo ser.
Porque cada quien cree en lo que quiere creer.
Y hay quien no se quiere ver en el espejo.
Yo sólo a veces me acerco. Lo siento.
Es un orgullo que me tocó.
Yo creo que es un don.
Y un don sin desesperación.
Mi orgullo.
Y purificación.
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