El momento en el que me dí cuenta de que Hita Esperanza Mejías Alva había muerto y Vanessa Job Valle había sobrevivido un accidente de tránsito. Dos mujeres cáncer que me acompañaron a ver las últimas películas antes de irme a la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, Cuba. Dos mujeres con las que conversaré toda la eternidad acerca de México y dos mujeres que fueron a Cuba a verme. Hita Esperanza Mejías Alva fue asesora En la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos. Vanessa Job Valle era en ese tiempo (2007) la periodista jóven más ética, más comprometida y más hermosa que yo conocía.
Yo las amaré todas las vidas y en el funeral de Hita Esperanza Mejías Alva estaba yo feliz de que Vanessa Job Valle hubiera sobrevivido a un choque muy fuerte.
Mi peor pesadilla era en ese momento que Vanessa muriera y yo ya estaba acostumbrado a sentir la muerte de Hita Esperanza Mejías Alva cada vez que la veía fumar. Me enseñaron a que fumar tabaco provocaba graves problemas a la salud. Lo decía hasta en la cajita.
Ahora creo que es más bien el exceso. De velocidad, de humo, de palpitaciones.
Me enseñaron a muchas cosas. Por eso defiendo comer verduras, correr y leer muchísimo.
Me enseñaron también muchas cosas de la muerte. Pero hay algo dentro de mí que siente que no es exactamente como lo que me han dicho.
Algo que me dice que el tiempo es una ilusión al igual que la separación.
Y siento sonreir conmigo a Vanessa y a mi tía Hita.
Y lloro de felicidad.
viernes, 21 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario