Es un valor medido por otros. La rapidez con que cambias. La rapidez con que amas. El giro de tu corazón. Un poder.
Pero el poder no es tanto control como el control es un poder. El poder de la velocidad. El jaguar.
Porque la velocidad interna, el tempo individual, es una percepción de uno mismo en base a su programación.
Como cuando decides en lugar de ponerte celoso, ponerte de otra forma. Como cuando decides en lugar de separar, juntar.
Cuando decides entregar. Cuando decides no importar. Y girar.
La velocidad de tu giro será la representación de un pozo. Como destino con firmeza. Como abundancia y como vida. Con respeto a lo que es no.
Y haciendo valer una palabra que nació con ella como nació tu giro. Repozo.
Con z de pozo.
martes, 23 de marzo de 2010
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