domingo, 21 de febrero de 2010

Dos veces mi nombre.

Tres piezas bailamos la primera vez en su cumpleaños. Seis piezas en la pista del San Luis. Tu cuerpo ya en calor tan pegado al mío y ya afloraba una nueva fragancia que sigue en mí. Ya percibí tu esencia. La más cálida. Verdadera. Inexplicable pero contundente. Tu aroma. En mí.
Y tus manos. Siento tus manos con las mías. Había vivido treinta y cuatro años sin sentir tus manos. Y ahora no comprendo qué es eso que haces que me profundiza y me hace vibrar. Pero no buscaré entender. Son tus manos que me llevan. Te prometo que desde el principio yo te sigo. Tú ya sabes el secreto.
Bailando yo te llevo, pero quien dicta el paso a mi corazón, es siempre tu voz. Esa que ha dicho mi nombre dos veces. Tan dulce, tan fuerte, tan tu voz.
La voz que apareció en mi y que cuidaré como jardinero enamorado de la flor. Como gato acurrucado a tu pasión. Como lobo enamorado de tu olor.
Qué hechizo es mi nombre en tu voz?

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