Son cien mil programaciones contra el amor eterno, contra la fidelidad y contra lo absoluto e infinito. Yo solamente soy un hombre y sólo tengo un secreto.
Cada día hay cien energías que buscan dictarme qué sentir , qué no sentir , qué expresar y qué no expresar. Qué callarme. Qué no mirar. Qué pensar. Qué sentir. Muchos no me quieren escuchar. Muchos nunca entenderán.
Ya la gente que más amo me ha dicho que estoy loco. Que estoy mal. Que confío demasiado, que creo mucho y que no es posible.
Ya me han dicho que en esta aventura estoy solo. Y que me enfrentaré a todos. Porque yo estoy loco. Porque las cosas no son así.
Me lo dijeron cuando soñé en el artista que soy.
Me lo dijeron cuando soñé el hombre que soy.
Y hoy me lo dijeron cuando soñé la pareja que soy.
Sólo soy lo que soy. Pero tengo un secreto.
Honestamente.
Y tengo sueños.
Impecables. Implacables. Imposibles.
Si no los cumplo yo... quién?
Qué van a hacer conmigo?
Yo soy.
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Un hombre es lo que hace, lo que ama,
lo que pinta su voz con el aliento,
lo que construye su palabra al viento,
lo que desde sus manos se derrama.
Lo que florece en tierra o en escama,
lo que da al mundo desde el pensamiento:
trigo y harina, masa y alimento,
la letra impresa, el fruto en cada rama.
Un hombre, sobre todo, es el reflejo
del instante fugaz en que respira
el aire que lo va poniendo viejo.
Un hombre es esa imagen que suspira
cuando por fin descubre en el espejo
un ángel sosegado que se mira.
POEMA DE CARMEN GONZALEZ HUGHET.